viernes, 19 de julio de 2013

TALLER 1

UNA EXPERIENCIA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL CON PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL 

Lucía Gómez Carmona. Presidenta de la Asociación Albatros. Sevilla.


Lucía Gómez da testimonio de cómo ser madre de un hijo con Síndrome de Down le ha llevado a aprender con dolor de la intolerancia y rechazo hacia las personas con discapacidad en todo el recorrido educativo llamado normalizado. Esta experiencia y la tenacidad de su hijo la llevó en todo momento a apostar por una educación de calidad y no segregativa. Así tras la experiencia difícil en la escuela y el instituto llegó a fundar la Asociación Albatros de Sevilla que hoy día trabaja con más de 50 chicos con discapacidades diversas a los que acompaña en su proceso de integración laboral en instituciones públicas y privadas.

Me llamo Lucia Gómez y soy Presidenta de la Asociación Albatros Andalucía. Pero sobre todo soy madre de un chico con discapacidad intelectual.

 En mi exposición, me centraré desde mi cargo como presidenta de Albatros y como madre, en cómo mis experiencias y vivencias han influido en la labor profesional que se desarrolla en nuestra asociación.

Hace 34 años nació mi hijo, en Posada, un pueblo de Córdoba.

Me encontré además de mi inexperiencia como madre, con un bebe de muy poco peso y con un carnet, en el cual ponía: SUBNORMAL.

Mi primera preocupación fue conseguir que mi hijo saliera adelante: que pusiera peso y fuera creciendo. En los primeros tres meses era muy importante vigilarle el corazón, ya que podía desarrollar alguna cardiopatía. En este sentido tuve que contactar con un pediatra especialista, al cual visitaba periódicamente. Este pediatra además de ser un médico para mi hijo, fue él quién me abrió los ojos, me hizo ver la realidad que tenía delante y entenderla.

Cuando nació mi hijo, los mensajes que oía eran que no iba a poder hablar, que no iba a poder andar,....etc.. Sin embargo, mi hijo respondió enseguida a toda la estimulación que recibía. Se reía, mantuvo la cabeza muy pronto, etc..

Todo lo que me habían dicho era muy negativo pero yo observaba que el desarrollo de mi hijo no era muy diferente de los otros niños. Mi hijo era un niño muy querido por todos, con una familia muy grande y rodeado de mucho amor y su evolución me hizo considerar que yo podría hacer mucho más por él, de lo que todo el mundo pronosticaba.

Esta creencia me hizo buscar especialistas, colegios donde pudieran ayudarle a crecer y desarrollarse.

Comencé recorriendo todos los colegios de Córdoba, y no sabía bien qué buscaba, pero tenía claro lo que no buscaba. Todo lo que vi, no me convencía, había demasiadas etiquetas destinadas a estos chicos, mucha separación de los demás niños y poca estimulación para las necesidades educativas de estas personas.

A través de mi hermano, que vivía en Sevilla, me enteré que había comenzado en Sevilla, en el centro Seren, hoy Centro de Valoración y Orientación a personas con........una cosa que se llamaba "Estimulación Precoz".

A partir de ese momento, me trasladé a Sevilla con mi familia, contacté con otros padres y madres que tenían hijos como el mío, y con profesionales competentes que tenían otra filosofía de trabajo con estos niños, y que fueron fundamentales en mi vida y en la vida de mi hijo. Estos profesionales me confirmaron que lo que yo buscaba para mi hijo no era descabellado.

Simplemente quería una vida normalizada, que fuera a una guardería de su barrio, que fuera a un colegio de su zona, que sus amigos fueran sus vecinos, sus primos,..en definitiva, yo quería un mundo donde hubiera sitio para él, y no que mi hijo viviera segregado en un mundo aparte que era lo que había en aquellos tiempos.

Con esta intención, me vine a vivir a Sevilla, porque entendía que aquí era donde podía ofrecerle lo que buscaba para mi hijo.

Una vez aquí, me hice socia y comencé a luchar por aquello que pensaba que era mejor para mi hijo, para todos aquellos que fueran iguales a él. La idea de una escuela para todo, la idea de integración escolar y laboral, sigue siendo una tarea muy difícil de lograr, aunque reconozco que los esfuerzos realizados durante ese periodo nos ayudaron a conseguir al menos algo distinto a lo que se encontraba la mayoría de este colectivo.

No obstante, no me sentía identificada con la forma de trabajar de esta asociación, por lo que nos reunimos un grupo de padres y decidimos crear la Asociación Albatros Andalucía.

En Albatros tenemos unos principios de actuación, que nosotros llamamos "Filosofía de Albatros", y que consiste básicamente en que todo aquel que forme parte de la asociación deja afuera la etiqueta que traiga y se le trata como "personas", atendemos todas sus necesidades tanto físicas como emocionales y trabajando, sobre todo, para desarrollar sus potenciales.

Albatros es una entidad dedicada al fomento de la Integración Social y Laboral de las personas con Discapacidad Intelectual. La asociación cuenta con un equipo de profesionales especializados, avalado por años de experiencia, que hacen que la formación de nuestros alumnos sea individualizada y que integra todos los ámbitos de desarrollo.

Es fundamental para nosotros conseguir que nuestros alumnos y alumnas puedan realizar Prácticas en empresas.

La asociación, dentro de la actuación que lleva a cabo para la integración de las personas adultas en el mundo laboral, desarrolla su itinerario de Formación para la Inserción Socio- laboral.

Este itinerario se concreta en tres fases de actuación:

1- Curso de Habilidades Laborales.

Se les dota de una formación teórica-práctica necesaria para acceder al puesto de trabajo.

- Programa SOLER.

Constituye la fase de formación práctica. Se realiza en empresas reales, tanto públicas como privadas, mediante la firma de Convenios de Colaboración.

- Programa ECAA.

En esta fase se materializa la inserción laboral mediante la contratación laboral.

Otro pilar importante son las actividades de Ocio y Tiempo Libre. En este apartado se trata también de favorecer la integración social de nuestros alumnos y alumnas, ya que en muchos casos nos encontramos con que estas actividades son las únicas que realizan con personas de sus mismas necesidades. Por ello, considero que es fundamental ofrecerles espacios donde puedan relacionarse entre ellos, fuera del contexto educativo, y puedan acceder a actividades de ocio acordes con sus edades.


De todas formas, para profundizar más en el funcionamiento y organización* de la Asociación, le cedo la palabra a José García Urbina, directora de la Asociación Albatros, que lleva con nosotros trece años.

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