UNA EXPERIENCIA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL CON PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL
Lucía Gómez Carmona. Presidenta de la Asociación Albatros. Sevilla.
Lucía Gómez da testimonio de cómo ser madre de un
hijo con Síndrome de Down le ha llevado a aprender con dolor de la intolerancia
y rechazo hacia las personas con discapacidad en todo el recorrido educativo
llamado normalizado. Esta experiencia y la tenacidad de su hijo la llevó en
todo momento a apostar por una educación de calidad y no segregativa. Así tras
la experiencia difícil en la escuela y el instituto llegó a fundar la
Asociación Albatros de Sevilla que hoy día trabaja con más de 50 chicos con
discapacidades diversas a los que acompaña en su proceso de integración laboral
en instituciones públicas y privadas.
Me llamo Lucia Gómez y soy Presidenta de la Asociación Albatros Andalucía. Pero sobre todo
soy madre de un chico con discapacidad intelectual.
En mi exposición, me
centraré desde mi cargo como presidenta de Albatros y como madre, en cómo mis
experiencias y vivencias han influido en la labor profesional que se desarrolla
en nuestra asociación.
Hace 34 años nació mi
hijo, en Posada, un pueblo de Córdoba.
Me encontré además de mi
inexperiencia como madre, con un bebe de muy poco peso y con un carnet, en el
cual ponía: SUBNORMAL.
Mi primera preocupación
fue conseguir que mi hijo saliera adelante: que pusiera peso y fuera creciendo.
En los primeros tres meses era muy importante vigilarle el corazón, ya que
podía desarrollar alguna cardiopatía. En este sentido tuve que contactar con un
pediatra especialista, al cual visitaba periódicamente. Este pediatra además de
ser un médico para mi hijo, fue él quién me abrió los ojos, me hizo ver la
realidad que tenía delante y entenderla.
Cuando nació mi hijo, los
mensajes que oía eran que no iba a poder hablar, que no iba a poder
andar,....etc.. Sin embargo, mi hijo respondió enseguida a toda la estimulación
que recibía. Se reía, mantuvo la cabeza muy pronto, etc..
Todo lo que me habían
dicho era muy negativo pero yo observaba que el desarrollo de mi hijo no era
muy diferente de los otros niños. Mi hijo era un niño muy querido por todos,
con una familia muy grande y rodeado de mucho amor y su evolución me hizo
considerar que yo podría hacer mucho más por él, de lo que todo el mundo
pronosticaba.
Esta creencia me hizo
buscar especialistas, colegios donde pudieran ayudarle a crecer y
desarrollarse.
Comencé recorriendo todos
los colegios de Córdoba, y no sabía bien qué buscaba, pero tenía claro lo que
no buscaba. Todo lo que vi, no me convencía, había demasiadas etiquetas
destinadas a estos chicos, mucha separación de los demás niños y poca
estimulación para las necesidades educativas de estas personas.
A través de mi hermano,
que vivía en Sevilla, me enteré que había comenzado en Sevilla, en el centro
Seren, hoy Centro de Valoración y Orientación a personas con........una cosa
que se llamaba "Estimulación Precoz".
A partir de ese momento,
me trasladé a Sevilla con mi familia, contacté con otros padres y madres que
tenían hijos como el mío, y con profesionales competentes que tenían otra
filosofía de trabajo con estos niños, y que fueron fundamentales en mi vida y
en la vida de mi hijo. Estos profesionales me confirmaron que lo que yo buscaba
para mi hijo no era descabellado.
Simplemente quería una
vida normalizada, que fuera a una guardería de su barrio, que fuera a un
colegio de su zona, que sus amigos fueran sus vecinos, sus primos,..en
definitiva, yo quería un mundo donde hubiera sitio para él, y no que mi hijo
viviera segregado en un mundo aparte que era lo que había en aquellos tiempos.
Con esta intención, me
vine a vivir a Sevilla, porque entendía que aquí era donde podía ofrecerle lo
que buscaba para mi hijo.
Una vez aquí, me hice
socia y comencé a luchar por aquello que pensaba que era mejor para mi hijo,
para todos aquellos que fueran iguales a él. La idea de una escuela para todo,
la idea de integración escolar y laboral, sigue siendo una tarea muy difícil de
lograr, aunque reconozco que los esfuerzos realizados durante ese periodo nos
ayudaron a conseguir al menos algo distinto a lo que se encontraba la mayoría
de este colectivo.
No obstante, no me sentía
identificada con la forma de trabajar de esta asociación, por lo que nos
reunimos un grupo de padres y decidimos crear la Asociación Albatros Andalucía.
En Albatros tenemos unos
principios de actuación, que nosotros llamamos "Filosofía de
Albatros", y que consiste básicamente en que todo aquel que forme parte de
la asociación deja afuera la etiqueta que traiga y se le trata como
"personas", atendemos todas sus necesidades tanto físicas como
emocionales y trabajando, sobre todo, para desarrollar sus potenciales.
Albatros es una entidad
dedicada al fomento de la Integración Social y Laboral de las personas con
Discapacidad Intelectual. La asociación cuenta con un equipo de profesionales
especializados, avalado por años de experiencia, que hacen que la formación de
nuestros alumnos sea individualizada y que integra todos los ámbitos de
desarrollo.
Es fundamental para
nosotros conseguir que nuestros alumnos y alumnas puedan realizar Prácticas en
empresas.
La asociación, dentro de
la actuación que lleva a cabo para la integración de las personas adultas en el
mundo laboral, desarrolla su itinerario de Formación para la Inserción Socio-
laboral.
Este itinerario se
concreta en tres fases de actuación:
1- Curso de Habilidades
Laborales.
Se les dota de una
formación teórica-práctica necesaria para acceder al puesto de trabajo.
- Programa SOLER.
Constituye la fase de
formación práctica. Se realiza en empresas reales, tanto públicas como
privadas, mediante la firma de Convenios de Colaboración.
- Programa ECAA.
En esta fase se
materializa la inserción laboral mediante la contratación laboral.
Otro pilar importante son
las actividades de Ocio y Tiempo Libre. En este apartado se trata también de
favorecer la integración social de nuestros alumnos y alumnas, ya que en muchos
casos nos encontramos con que estas actividades son las únicas que realizan con
personas de sus mismas necesidades. Por ello, considero que es fundamental
ofrecerles espacios donde puedan relacionarse entre ellos, fuera del contexto
educativo, y puedan acceder a actividades de ocio acordes con sus edades.
De todas formas, para
profundizar más en el funcionamiento y organización* de la Asociación, le cedo
la palabra a José García Urbina, directora de la Asociación Albatros, que lleva
con nosotros trece años.
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