jueves, 4 de julio de 2013

INAUGURACIÓN DE LA JORNADA

Margarita Moreno Muela

Bienvenidos/as a esta primera Jornada sobre Nuevas Experiencias educativas: respuestas creativas ante las dificultades actuales.
En los últimos meses hemos asistido a numerosos debates y manifestaciones públicas sobre la situación actual de la educación, en relación con el anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) propuesto por el actual Gobierno.
Los  foros que hemos abierto para el análisis y discusión sobre experiencias educativas en marcha, no pretenden proponer un  posicionamiento respecto a estos  debates que consideramos, por otro lado, fértiles;  sino ocuparnos de lo que es posible seguir haciendo por mejorar la educación, a partir de la enseñanza que hemos adquirido con el “uso, la práctica o el vivir” de cada uno (siguiendo la definición que la RAE hace de la palabra “experiencia”)

Hay una tensión irresoluble entre el sujeto y lo social, que ya hizo a Freud incluir la educación entre las profesiones imposibles (junto con el gobernar y el psicoanalizar), ya que en el individuo no-todo es educable. Aún así, el esfuerzo educativo es siempre una rebelión contra el destino, la educación es, en este sentido,  la antifatalidad. Por ello, la función del educador sólo es posible desde un cierto “optimismo”  sostenido en el pensar que el ser humano y la sociedad en la que vive puede mejorar, que existe en el sujeto un deseo de aprender y que hay cosas podemos mejorar  por medio del conocimiento.
Pero también hay un componente conservador en la educación, ya que ésta es, ante todo, transmisión de algo que se considera digno de ser conservado.  Esta tendencia conservadora si se lleva al extremo puede reducir la enseñanza a mera instrucción. Dirigido así a generar ciudadanos estándar, el espacio educativo queda reducido a un lugar de exclusión social para quienes muestran diferencias respecto a lo esperado.
 La capacidad de aprender está hecha de muchas preguntas y algunas respuestas. No hay ningún saber que agote el deseo humano, por lo que en los procesos de aprendizaje se genera una insatisfacción El docente tiene la complicada función de vincularse a lo establecido intentando actualizarlo de forma que pueda fomentar una insatisfacción creadora que mueve a la curiosidad, a la pregunta.
Plantear una educación donde el aprendizaje sucede es diferente a la que enfatiza los resultados, pues el aprendizaje humano nunca está limitado a lo meramente fáctico sino que siempre se ve desbordado por lo que F. Savater llama un “entusiasmo simbólico”[1] Desde este punto de vista, el aprendizaje desestabiliza, genera conflictos que debemos gestionar  teniendo en cuenta la perspectiva de los sujetos implicados (alumnos, docentes , familia), para que puedan vivirse no sólo como un problema, sino como una oportunidad.
El Psicoanálisis propone una teoría sobre la subjetividad (¿Qué Escuela para qué Sujeto?). La subjetividad respetada hace alumnos responsables y requiere también a los docentes hacerse responsables de los problemas que se generan en los procesos educativos. Se trata de una ética en la haciéndonos cargo de las consecuencias que producimos con lo que hacemos, no se confunde  la pérdida de libertad con las determinaciones que nos llegan al emplearla.
Junto con esto es importante poder reflexionar, a solas y con otros, para construir fórmulas de colaboración e inventar  nuevos dispositivos que permitan acoger las complejas realidades escolares. Esperamos que esta Jornada de trabajo ayude a tal propósito.




[1]  F. Savater. “El valor de educar”. Editorial Ariel

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