Margarita Moreno Muela
Bienvenidos/as a esta primera Jornada sobre
Nuevas Experiencias educativas: respuestas creativas ante las dificultades
actuales.
En los últimos meses hemos asistido a
numerosos debates y manifestaciones públicas sobre la situación actual de la
educación, en relación con el anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad
Educativa (LOMCE) propuesto por el actual Gobierno.
Los foros que hemos abierto para el análisis y
discusión sobre experiencias educativas en marcha, no pretenden proponer un posicionamiento respecto a estos debates que consideramos, por otro lado,
fértiles; sino ocuparnos de lo que es
posible seguir haciendo por mejorar la educación, a partir de la enseñanza que
hemos adquirido con el “uso, la práctica o el vivir” de cada uno (siguiendo la
definición que la RAE hace de la palabra “experiencia”)
Hay una tensión irresoluble
entre el sujeto y lo social, que ya hizo a Freud incluir la educación entre las
profesiones imposibles (junto con el gobernar y el psicoanalizar), ya que en el
individuo no-todo es educable. Aún así, el esfuerzo educativo es siempre una rebelión
contra el destino, la educación es, en este sentido, la antifatalidad. Por ello, la función
del educador sólo es posible desde un cierto “optimismo” sostenido en el pensar que el ser humano y la
sociedad en la que vive puede mejorar, que existe en el sujeto un deseo de
aprender y que hay cosas podemos mejorar por medio del conocimiento.
Pero también hay un componente conservador
en la educación, ya que ésta es, ante todo, transmisión de algo que se
considera digno de ser conservado. Esta
tendencia conservadora si se lleva al extremo puede reducir la enseñanza a mera
instrucción. Dirigido así a generar ciudadanos estándar, el espacio educativo
queda reducido a un lugar de exclusión social para quienes muestran diferencias
respecto a lo esperado.
La
capacidad de aprender está hecha de muchas preguntas y algunas respuestas. No
hay ningún saber que agote el deseo humano, por lo que en los procesos de
aprendizaje se genera una insatisfacción El docente tiene la complicada función
de vincularse a lo establecido intentando actualizarlo de forma que pueda
fomentar una insatisfacción creadora que mueve a la curiosidad, a la pregunta.
Plantear una educación donde el aprendizaje
sucede es diferente a la que enfatiza los resultados, pues el aprendizaje
humano nunca está limitado a lo meramente fáctico sino que siempre se ve
desbordado por lo que F. Savater llama un “entusiasmo simbólico”[1]
Desde este punto de vista, el aprendizaje desestabiliza, genera conflictos que
debemos gestionar teniendo en cuenta la
perspectiva de los sujetos implicados (alumnos, docentes , familia), para que
puedan vivirse no sólo como un problema, sino como una oportunidad.
El Psicoanálisis propone una teoría sobre
la subjetividad (¿Qué Escuela para qué Sujeto?). La subjetividad respetada
hace alumnos responsables y requiere también a los docentes hacerse responsables
de los problemas que se generan en los procesos educativos. Se trata de una
ética en la haciéndonos cargo de las consecuencias que producimos con lo que
hacemos, no se confunde la pérdida de
libertad con las determinaciones que nos llegan al emplearla.
Junto con esto es importante poder
reflexionar, a solas y con otros, para construir fórmulas de colaboración e
inventar nuevos dispositivos que
permitan acoger las complejas realidades escolares. Esperamos que esta Jornada
de trabajo ayude a tal propósito.
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